El estrés es sufrimiento mental que repercute en el cuerpo. Cuando las cargas superan la capacidad de resistencia de una persona aparecen aquellos síntomas que no son más que información que el cuerpo nos envía. El síndrome del estrés puede condicionar enfermedades si no se lo trata a tiempo, por eso es vital escuchar estos mensajes.

¿Qué es el Estrés?

El estrés es una respuesta adaptativa que nos ayuda a responder más rápida y eficazmente en situaciones que lo requieren. Nuestro cuerpo se prepara para un sobreesfuerzo, procesamos de forma rápida la información y actuamos. Hasta acá, el estrés es necesario y normal. El problema aparece cuando esta activación es muy intensa o dura mucho tiempo y, entonces, los recursos propios y la energía se agotan y esto incide en la salud tanto física como psicológica.
Algunas situaciones como pueden ser cambios vitales, problemas familiares, dificultades económicas, sobrecarga de trabajo o preocupaciones son especialmente facilitadoras de provocar estrés. Pero dependiendo de los estilos de afrontamiento que desarrollemos cada uno de nosotros, las situaciones pueden ser más o menos estresantes. En este sentido, influyen aspectos de la personalidad como el perfeccionismo, la autoexigencia, el pesimismo o la baja tolerancia a la frustración.
Este síndrome consta de tres tiempos o instancias: la fase de alarma, de resistencia y de agotamiento.
La fase de alarma implica estar frente a una situación que genera una sobrecarga o amenaza y como consecuencia se dispara la tensión muscular, se agudizan los sentidos, aumenta la frecuencia cardiaca y se liberan hormonas del estrés. En la fase de resistencia la situación no se ha terminado y, por eso, se resiste, se intenta adaptar el organismo a los hechos.
Cuando el estrés es sostenido en el tiempo y se entra en la fase de agotamiento, el cuerpo pierde su capacidad de respuesta, colapsa y las reservas psíquicas y físicas se agotan. El estrés crónico es el que se prolonga en el tiempo, produce desgaste físico y mental y tiene consecuencias en la autoestima y la salud de la persona afectada. Padecer estrés durante un período largo de tiempo conlleva la percepción de no poder afrontar las exigencias de la vida, podemos percibirnos como incapaces de hacerle frente a nuestro entorno, a los problemas diarios o dudar de nuestra capacidad para la toma de decisiones.
Muchas enfermedades son producidas y generadas por el estrés. La depresión o los trastornos de ansiedad son frecuentes secundarios frente a largos periodos de estrés. A nivel físico puede derivar en problemas dermatológicos, debilitación del sistema inmunológico, tensiones musculares, entre otras problemáticas.

¿Qué síntomas puede presentar el stress crónico?

Son muchos los síntomas característicos del stress pero podemos mencionar:

  • Dificultad para tomar decisiones
  • Nerviosismo o alteración constante
  • Irritabilidad
  • Insomnio
  • Ansiedad
  • Problemas de concentración y de memoria
  • Sensación de embotamiento o fatiga mental
  • Bruxismo
  • Inquietud de piernas o movimientos repetitivos
  • Cansancio crónico
  • Tensión y dolores musculares
  • Alteraciones digestivas como estreñimiento, diarrea, colon irritable o digestiones pesadas
¿Y qué hay del estrés laboral?

El trabajo o el desarrollo profesional puede ser para muchas personas un camino que les contribuye significado a sus vidas y añade sentido positivo al desarrollo de su identidad. Pero cada vez más hay personas que hablan de estrés laboral cuando les preguntan sobre trabajo y consideran su ocupación como un conjunto desagradable de obligaciones, irrelevantes, monótonas o exigentes.
El estrés relacionado con el ámbito laboral se caracteriza por elevados niveles de excitación y angustia, de tensión física y psicológica, y, sobre todo, la frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación. Puede producirse por el desequilibrio entre las demandas del medio laboral y los recursos del trabajador para hacerles frente.
Uno de los tipos de estrés crónico más frecuentes es el burnout o síndrome del quemado, que ocurre en el entorno laboral y que, en los últimos años, se ha agravado en muchos sectores profesiones debido a la crisis económicas.
Las causas del burnout pueden ser diversas: los estilos de liderazgo, el fracaso en los procesos de selección, la sobrecarga de rol, las expectativas de los empleados o la capacidad de la persona para hacer frente al problema.
El estrés laboral puede manifestarse a través de:

  • Desgaste y agotamiento emocional
  • Fatiga
  • Irritabilidad
  • Pérdida de motivación.
  • Falta de realización personal y profesional
  • Efecto negativo en la autoestima personal, expectativas frustradas
  • Manifestaciones de estrés a nivel fisiológico, cognitivo y conductual.

Todos estos síntomas interfieren en la actividad cotidiana del individuo, que se puede sentir irritable, frustrado, abrumado por acontecimientos que antes afrontaba sin dificultad.

¿Cómo se trata el Estrés?

Queda claro que lo que pasa en la mente, pasa también en el cuerpo. No se puede combatir lo que no se conoce por ello abordar el síndrome del estrés requiere de un camino de búsqueda, de autoconocimiento, de reflexión y de cambios de hábitos.
No hay por qué resignarse a pasarla mal, es posible recuperar el placer en el trabajo y la vida. Es importante tomar conciencia y aprender a estar perceptivo a los mensajes que el cuerpo envía. Nos acostumbramos a tomar como normales ciertas dolencias del cuerpo pero estas son expresiones de un malestar que habita en nosotros. El dolor es un sistema de alarma que envía el cuerpo para que prestemos atención y es importante no naturalizarlas.
El abordaje terapéutico se combina con técnicas psicofísicas. Entre ellas, ejercicios de propiocepción, movimiento contemplativo, técnicas de relajación muscular y técnicas de respiración. Este último es un gran aliado, la respiración es un proceso biológico que permite tratar el síndrome del estrés. Sentirse mejor, bajar el cortisol, las sustancias inflamatorias en sangre, bajar la frecuencia cardiaca, la presión arterial, etc. y restituir los niveles de energía.
El tratamiento psicológico conlleva un trabajo terapéutico que abarca el análisis de las situaciones o estímulos estresantes para la persona, entrenamiento en estrategias de afrontamiento de situaciones específicas, instaurar hábitos saludables (como el buen dormir y una sana alimentación) para la gestión y prevención del estrés. Desde la perspectiva cognitiva se enfatiza trabajar con las cogniciones erróneas, las expectativas irreales y las falsas esperanzas. También se trabaja sobre técnicas de gestión del tiempo, planificación de las actividades y la importancia de los vínculos o lazos sociales.

Me gusta pensar en el stress no como un enemigo, sino como una oportunidad. El estrés puede motivarnos a notar lo que nos sucede, percibirnos, buscar ayuda, apoyarnos en otros, hacer lazos y recuperar la confianza en nosotros mismos frente a los desafíos de la vida.

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